jueves, 3 de septiembre de 2015

DESCRIPCION DEL BLOGS


Los materiales que se esbozan en este blogs son el productos de varios estudios, investigaciones y talleres que se realizaron con el personal docente de la Facultad de Enfermería de la UNACHI y líderes comunitarios de la comarca Ngäbe-Buglé, durante la elaboración de la publicación de la "Guía en Salud Intercultural y Derechos Humanos" con el apoyo del Fondo de Población de las naciones Unidas UNFPA Panamá. Se utilizaron bibliografías, estudios, artículos de lo que ya extensamente se ha escrito sobre: culturas, interculturalidad, salud intercultural, parto y los temas de género y derechos humanos como ejes transversales. Estos temas no son nuevos y ya existen países que tienen una normativa en salud intercultural.

Realmente nuestro país está en la retaguardia de entender que vivimos junto a otros grupos humanos que piensan, viven y tienen una cosmovisión diferente es decir que tienen una  perspectiva intercultural. Lo que deseamos es que este blogs sea de utilidad para todos aquellos que en algún momento tengan que trabajar con grupos humanos diferentes -en especial con los Ngäbes, donde el ‘otro’ no necesariamente es igual a ‘el nosotros’ y se hace necesario entender que esa cosmovisión distinta hay que respetarla y aplicarla.

Por lo tanto esta guía debe ser un manual de concienciación y empoderamiento hacia modelos de cultura intercultural.

domingo, 16 de agosto de 2015

QUIENES SON LOS NGABES

EL SENTIDO DE ESTE BLOGS

Crear conciencia entre los agentes de gobierno, instituciones públicas, caficultores y empresas privadas sobre la percepción cultural que se tiene de los Ngäbes, para garantizar el mejoramiento de la calidad de vida, atención y educación, que pueda repercutir en un trato digno y equitativo, que impulse cambios en la visión que tenemos de los 'otros' distintos. Esto no solo requerirá de la voluntad del personal, sino también de la adecuada formación con orientación intercultural que defina cómo abordar la relación de dos o más culturas que comparten un mismo entorno. Para ello, necesitamos lograr que los funcionarios y la empresa privada en general reconozcan, identifiquen, comprendan y respeten los saberes y prácticas populares que la población posee en relación a su cultura.

Igualmente se contempla dejar el material del Blogs para otros actores claves de la zona como son funcionarios de cooperativas, entidades financieras, y algunas instituciones puedan en un futuro capacitar a los caficultores en torno a la cosmovisión Ngäbe y el proceso intercultural.

viernes, 17 de julio de 2015

COMPETENCIAS ESPERADAS


Entender la utilidad del enfoque intercultural: enriquecimiento mutuo, escucha mutua.

Reconocer los distintos modelos de gestión, organización y prestación de los servicios de salud y educación que respondan a las prácticas, percepciones y representaciones que cada pueblo tiene en torno de su cosmovisión, en especial el del pueblo ngäbe.

Lograr que la población participe en la adecuación de los servicios, fortaleciendo un sistema de atención a la salud y la educación para mejorar la calidad, la accesibilidad y la satisfacción de los pueblos.

Reconocer y respetar el sistema de atención de salud y educación como derecho cultural de los pueblos.

MARCO CONTEXTUAL DESCRIPCIÓN DE LA COMARCA NGÄBE- BUGLÉ


En la comarca Ngäbe-Buglé se registra un nivel de pobreza del 93.4% y pobreza extrema de 91.5%, lo que significa que de cada 100 indígenas de la Comarca 93 son pobres; y de este total 91 son extremadamente pobres, o sea que no abastecen sus necesidades básicas mínimas al año. En términos generales, la población de la Comarca sufre de desnutrición, situación que se evidencia principalmente en el 98% de los niños menores de 5 años. La falta de higiene se manifiesta en la población indígena en términos dramáticos, ya que las muertes por diarrea se elevan a 32 por 10 mil habitantes menores de 5 años, mientras que el promedio nacional es de 6.4 por 10 mil habitantes menores de 5 años. La estrategia de desarrollo de la Comarca se plantea sobre la base del mejoramiento de la calidad de vida de su población, combatiendo los principales flagelos que la golpean: la desnutrición y el deterioro de la salud. La formación de capital humano permitirá que generen sus propios ingresos y empleos, siendo vital el fortalecimiento de la institucionalidad comarcal y de la organización social que afecta la gobernabilidad. Se entiende que es difícil, por las condiciones de dispersión, problemas de salud, débil economía, incapacidad de emprendimiento, falta de apoyo institucional y otros, lograr una estrategia que impacte a toda la población desde el primer instante, por lo que las acciones deben tener un avance gradual, concatenando estrategias en las cuales su sumativa final sea el desarrollo de la Comarca.

Este blogs busca poner un granito de arena para sensibilizar sobre el respeto a los “otros” y de esa forma, en conjunto, mejorar la calidad de vida de los ngäbes -buglés.
 
 
 
 
 
 
 

ENFOQUES TRANSVERSALES QUE DEBEN CONSIDERARSE


En todo momento este blogs utiliza la transversalidad de género para referirse a la responsabilidad de todos los modelos culturales en el avance de la igualdad entre mujeres y hombres. La transversalidad de género es la incorporación, la aplicación del principio de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en las políticas públicas, de modo que se garantice el acceso a todos los recursos en igualdad de condiciones y se planifiquen las políticas públicas teniendo en cuenta las desigualdades existentes.

También que se identifiquen y evalúen los resultados e impactos producidos por éstas en el avance de la igualdad real. Igualmente, el blogs propone la transversalidad cultural y en derechos humanos, la cual contiene una intención: él o la ngäbe puede aprender la importancia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, asumiendo que como personas tienen derechos a que se respete su cultura y su cosmovisión. De esta forma, él o la ngäbe puede llegar a entender más fácilmente que el respeto de los derechos humanos tiene que ser un compromiso permanente por parte de todos los ciudadanos y actores involucrados.

ENCUENTRO No.1: LA CULTURA Y SU DIVERSIDAD


Hay cuestiones culturales (como la balsería, el entierro, la enfermedad, las creencias religiosas) que son tratadas con mucho respeto y con temor de que sean malentendidas, y que suponen mucho más que un diálogo para comprenderlas bien. Sin embargo, tengo la esperanza de que los lectores tratarán de ser lo más comprensivos posible, siempre buscando construir una mejor sociedad.

Jorge Sarsaneda Del Cid

sj Chigon Tódobu

 

Conocer la importancia del concepto de cultura y la diversidad cultural para el tratamiento de la salud y la enfermedad. Distinguir la gama de ideas y conceptos asociados al de cultura para afinar los marcos de referencias respeto a la diversidad cultural. Competencias esperadas El lector identificará y se identificará con el uso común y especializado del concepto de cultura, desde un panorama retrospectivo de la palabra. Igualmente, el contenido de este cuaderno pondrá a disposición del lector herramientas de análisis precisas, información bibliográfica y detalles particulares de la cultura ngäbe, con las que deberá familiarizarse y emplearlas para su formación.

Introducción

En torno al tema que nos ocupa en este primer Encuentro, es importante entender y saber ¿Cómo entienden estas personas la cultura? ¿Por qué es importante hablar de cultura para intentar explicar esta situación particular? Hoy, cuando se requiere explicar alguna problemática social particular, un comportamiento específico, una producción intelectual y artística o una carestía de cualidades se suele apelar a la cultura: ‹‹Cultura de la violencia se afianza››, ‹‹cultura de la pobreza››, ‹‹cultura de la bulla››, ‹‹cultura de sobornos››, ‹‹cultura del silencio››, ‹‹cultura del pago y el cobro››, ‹‹cultura e-lerning››, ‹‹defenderemos nuestra cultura››, ‹‹no tienen cultura››, ‹‹Ministerio de Cultura››, ‹‹Colón reclama por más cultura››, son frases corrientes en títulos o artículos de diarios de circulación nacional. Ante una multiplicidad de usos, ante una polivalencia en su distinción o uso, a pesar de ello, ¿qué se entiende por cultura?

En este Primer Encuentro intentaremos responder a esta inquietud, que nos permitirá reconocer características particulares de la cultura y las relaciones que puede guardar con otros conceptos claves, tales como: sociedad, etnia, nación e identidad. Además, reconoceremos que al hablar de cultura existen por lo menos dos sentidos: uno común o amplio y uno específico o particular, que permitirán de una forma más sencilla, a la luz de nuestro objetivo, definir la cultura, y que al mismo tiempo nos orientan a reconocer, a aceptar, una variada gama de culturas en nuestro propio país y en el mundo entero (realizar Taller No. 1).

Metodología

Para la realización de este encuentro es necesario realizar la lectura obligatoria No. 1 que se encuentra en el archivo del blogs; se realizarán dos talleres didácticos y un dialogo múltiple final.

Técnicas

Las sesiones de trabajos serán permanentemente dinámicas. Se hará trabajo grupal con los talleres desarrollados en las sesiones,  por lo que la participación es fundamental.

El concepto de Cultura. Es interesante entender que esta palabra no tiene una traducción para el grupo ngäbe, lo que sugiere que es una construcción occidental y no del grupo originario (realizar Taller No. 2).

Realizar el Video-Foro.

TALLER 1: Discusión individual, lluvia de ideas. Las seis ideas falsas de la cultura


Algunas falsas ideas en torno a la cultura:

¿Se puede tener y no tener cultura?

¿Existe de forma natural una jerarquía entre las culturas?

¿Hay culturas ‹‹puras›› y ‹‹mezcladas››?

¿Sólo los museos, los teatros y las bibliotecas son lugares de cultura?

¿Cultura es sólo los aspectos intelectuales, artísticos o religiosos

¿La existencia de la cultura sólo depende del Estado?

Características de la culturas:

La cultura es comúnmente compartida

La cultura se aprende

La cultura generalmente es adaptativa

La cultura es un todo estructurado o integrado

La cultura es dinámica o cambiante

TALLER NO.2: Cultura, raza y racismo.


Realizar un análisis critico a partir de una pregunta generadora: ¿son las características físicas las que nos identifican y diferencian como grupo? ‹‹el racismo consiste en caracterizar un conjunto humano mediante atributos naturales, asociados a su vez a características intelectuales y morales aplicables a cada individuo relacionado con este conjunto y a partir de ahí, adoptar algunas prácticas de inferiorización y exclusión››

Video-Foro: Encuentro No.1.

VIDEO: Discurso de niña Indígena Lorena Lara (México).

ENCUENTRO No. 2: de la Multiculturalidad a la Interculturalidad


Luego de, probablemente, haber confrontado nuestras propias concepciones, ideas o certezas en torno a lo qué es el concepto de cultura y valorado la importancia de la diversidad cultural, ¿Qué puedo hacer para integrar dichos saberes a mi desempeño profesional?. ¿Cómo puedo manejarme ante la diversidad cultural, ante los que considero ‹‹otros››, pero en definitiva semejantes a mí como seres humanos?. El encuentro anterior nos posibilitó las herramientas conceptuales para apreciar las diferencias, aceptarlas y reconocer aquello que nos separa y distingue del ‹‹otro››, podemos también reconocer en él a nuestro semejante. Es decir, reconocer ante todo su condición humana, su situación de ser, pensar, estar y actuar en el mundo; sus posibilidades particulares de comunicación y de encuentro .
En este segundo encuentro avanzaremos un poco más en lo que significa el conocimiento y reconocimiento del ‹‹otro››. Descubriremos que la interculturalidad es mucho más que la relación entre personas de culturas diferentes, sino que también implica una acción política positiva y efectiva a favor de que tales relaciones se constituyan en un diálogo fructífero y de enriquecimiento, tanto al interno del ‹‹otro›› cultural, como al nivel propio. Desde este punto de vista, interculturalidad es acción social y educativa basada en la búsqueda de un diálogo horizontal entre culturas.

Metodología para el encuentro:
Para la realización de este encuentro es necesario realizar la lectura obligatoria No. 2 que se encuentra en los archivos; se realizaran dos talleres didácticos y un video foro.

El nivel estructural de la interculturalidad (realizar el taller 3) No podemos engañarnos en torno a la intención de construir una interculturalidad positiva entre nosotros y culturas distintas a las nuestras. Nuestra actitud puede ser de tolerancia, de respeto, de apertura, pero la estructura política, social y económica que sustenta muchos de nuestros intercambios puede promover una relación totalmente distinta, más bien un tipo de interculturalidad negativa. Nuestra tarea es tener presente esta situación e intentar revertir dichas estructuras excluyentes hacia unas más equitativas y justas.

Orientaciones para el facilitador o la facilitadora

La exclusión es un hecho, que se produce fundamentalmente por la dominación de los grupos mayoritarios sobre las minorías étnicas, culturales, ideológicas...

Las mayorías justifican sus prácticas excluyentes a través de los mecanismos de asimilación y de reivindicación del derecho a permanecer diferentes (no mezclarse las culturas).
 
 

Aclaraciones terminológicas.

• La minoría: es un grupo de personas que viven en un espacio geográfico y constituyen menos de la mitad de la población de dicho lugar. Generalmente, la relación que se producen en los diferentes niveles entre las minorías y el resto de la población suele ser de integración, asimilación, de la primera sobre la segunda.

• La asimilación: es la absorción de la mayoría de los rasgos culturales, de la minoría, adquiriendo estos últimos los rasgos culturales de los dominantes.

• La segregación: es la separación de cada conjunto cultural, a pesar de que comparten el mismo sitio geográfico. Ésta pudo ser decidida por el grupo dominante o por la minoría para preservar y defender su lengua, sus tradiciones...

• La transculturación: se produce cuando los grupos o personas se ven obligadas a abandonar su cultura y sus costumbres, en beneficio de la cultura mayoritaria.

• La integración: es un proceso con la interdependencia entre grupos de diversas culturas, con capacidad de desarrollar un nuevo modo de vida que incluya elementos y valores de ambas culturas.

El lenguaje no verbal a veces se presta a ser más significativo que el lenguaje hablado, escrito o gráfico. Siempre estamos en proceso de comunicación. La postura y el movimiento corporal, los gestos, la expresión del rostro y de la mirada, son vehículos para la comunicación no verbal. Realizar Taller 4.

 

TALLER NO 3: Estereotipos


Podrían definirse de estas formas:

• ‹‹Rasgos que se atribuyen a un grupo.

• Imagen mental simplificada de los miembros de un grupo compartida socialmente.

• Creencias que se atribuyen a los miembros de un grupo››

 . Ejemplos comunes entre nosotros de estereotipos negativos o positivos serían:

• ‹‹Los indígenas son unos vagos››.

• ‹‹Los negros son ladrones››.

• ‹‹Los europeos son superiores››.

 Existen entonces dos aspectos fundamentales de los estereotipos:

• ‹‹…son compartidos por mucha gente. No son las imágenes mentales de una persona únicamente.

• …se atribuyen a una persona como miembro de un grupo y no como persona individual›› .

TALLER NO. 4: Prejuicios


Éstos introducen elementos de emoción y acción, y se definirían de la siguiente manera:

• ‹‹Juicio previo no comprobado, de carácter favorable o desfavorable, acerca de un individuo o de un grupo, tendente a la acción en un sentido congruente››

Video: Aileth Jiménez, representante de las Comarca Ngäbe-Buglé.



LO QUE SE BUSCA QUE APRENDAMOS ES…


Que NO marginemos. Por ejemplo: Yo quiero dar a luz en ‘enagua’ y no en bata…, de lo contrario, lo que se intenta es devaluar los valores del otro. Quien margina, exhibe y acrecienta las diferencias en una actitud de rechazo y de búsqueda de control. Actitudes en los programas de salud oficiales: Intenta crear espacios y tiempos distintos para excluir a los ‘otros’ diferentes. Segregación en los servicios de salud y en los presupuestos de los recursos financieros, repercutiendo en la calidad de la atención a la población.

Que asimilemos. Pues si no, supone una inmersión de los grupos y culturas minoritarias en la cultura “nacional”, en la modernidad, la globalización, de forma que potencien todas sus capacidades para adaptarse a la nueva sociedad en la que vive. Ejemplo: Yo no acepto que allá abajo me mire y me toque nadie más que mi señor…(sic)

Igualmente, podemos hablar de una asimilación positiva: “interés porque las minorías accedan a los mismos recursos que la población urbana nacional”. Al mismo tiempo, podemos hablar de una asimilación en negativo: se exige la renuncia a la propia cultura del que va a ser asimilado y potencia el peligro del dilema de “…o entras o te quedas fuera”. Pide a los otros que se hagan imposiblemente iguales; Ejemplo: pretender que los terapeutas tradicionales puedan explicar las enfermedades a partir de un análisis epidemiológico, anatómico, etc.

Videos de los Ngäbes durante la cosecha del café en Costa Rica




Videos: mujeres cruzando la frontera


LECTURA OBLIGATORIA 2: Multiculturalidad versus Interculturalidad


El último Censo de Población (2010) estimó que Panamá contiene una población de 3,405,813 habitantes, de los cuales, el 12.3 por ciento representa la población originaria o raizal. Es decir, los pueblos originarios (ngäbe, buglé, naso tjerdi, bri bri, guna, wounaan, emberá y bokota ) serían un total de 417,559 personas. La población ngäbe es mayoritaria, representada con un 62.4 por ciento; seguido por los gunas con un 19.3 por ciento, los emberá en 7.5 por ciento, buglé en 6 por ciento, wounaan en 1.7 por ciento, naso tjerdi en 1.0 por ciento, bri bri en 0.3 por ciento y bokotá en 0.2 por ciento . Además, el Censo distingue a la población afrodescendiente, que corresponde a un 9.2 por ciento de la población total del país. Por su parte, dicho Censo también nos muestra la residencia en el país de personas con otras nacionalidades y culturas, provenientes de otras regiones del mundo: norteamericanos, europeos, asiáticos, centroamericanos, africanos, suramericanos, entre otros. Si a esta diversidad de orígenes culturales, de identidades, le agregamos aquellas otras que corresponden a distinciones provinciales, reconoceremos que el país, contrariamente a lo que muchas personas imaginan, es pluricultural.

Resulta absurdo hablar de una homogeneidad y reprochable la imposición de una idea de homogeneidad cultural, cuando lo que notamos, a través de estos datos, es que en el territorio panameño coexisten grupos con identidades culturales diversas. La clásica concepción de estado-nación, que asociaba un territorio a un único pueblo o grupo humano específico no es sostenible. Los Estados no son homogéneos sino pluriculturales (diversos idiomas, diversas tradiciones, diversas visiones del mundo). Definiciones

Multicultural, pluricultural, transcultural, intercultural, una serie de sufijos que coinciden en la referencia a la cultura. ¿Qué es cada cosa? Por multicultural, como nos ilustra el español Alfonso García Martínez y sus colegas, ‹‹se entiende una situación social de copresencia de varias culturas en un espacio concreto, cada uno de ellos con estilos y modos de vida diferentes›› . En cambio, pluricultural, aunque guarda relación con el anterior, más que hacer referencia a la convivencia, se refiere a la diversidad de las culturas presentes en un territorio. Por su parte, transcultural, como también notamos en el primer Cuaderno, denota una transformación, ‹‹un salto desde una cultura a otra››. Lo intercultural, y por ende, la interculturalidad, se refiere a ‹‹la interrelación activa y la interdependencia de varias culturas que viven en un mismo espacio geográfico›› .

Multiculturalidad

En algunas partes del mundo, la multiculturalidad sigue manifestando que aunque existen diferentes culturas, sólo existe una con valor nacional, dominante, asociada al imaginario democrático y desarrollista, que aún estima que las otras culturas diferentes

son inferiores, y aunque se promueve un simulado respeto, existe una amplia resistencia a la interacción. Ante tal manifestación y definición de la multiculturalidad, A. García Martínez y sus colegas nos dicen:

‹‹Visto así, la multiculturalidad es una fábrica productora de diferencias que separan a unos grupos humanos de otros… No hay diferenciación porque haya diferencias, sino que se dan las diferencias porque hay diferenciación. Así, todo discurso que abandere la diferencia como un bien absoluto pasa a ser un discurso racista, a fomentar el racismo››

Otras propuestas sobre el multiculturalismo no tienden a ser tan extremas, pero no comportan el respeto de derechos de todas las culturas ni el enriquecimiento mutuo que puede existir a partir de la convivencia entre personas y grupos de culturas particulares, como sí lo contempla la interculturalidad. En ese sentido, en contraposición con la multiculturalidad,

‹‹la interculturalidad supone la convivencia entre diferentes culturas, pero también el conocimiento de las mismas, la interrelación y la búsqueda de elementos comunes, lo que dará como consecuencia el enriquecimiento cultural de todos… Ello evidentemente, supone, entre otras cosas, cambios de actitudes tanto, individuales como grupales, por lo que nadie deberá esperar que el proceso sea corto ni que sea unilateral››

Consideramos que lo que X. Albó define como interculturalidad negativa, es decir, las relaciones entre las culturas que conducen ‹‹a la destrucción del que es culturalmente distinto o, por lo menos, a su disminución y asimilación…››  equivaldría a lo que aquí se define como multiculturalidad .

Interculturalidad

Al previamente definir aquí la interculturalidad como acción social y educativa, no deja de estar sustentada en un ideal que se apoya en acuerdos conceptuales que tanto científicos, intelectuales como políticos han madurado a lo largo del conocimiento que nos ofrece el estudio de la historia de las relaciones humanas. Basándose, a su vez, en otros autores, A. García Martínez y sus colegas definen la interculturalidad como:

‹‹el conjunto de procesos políticos, sociales, jurídicos y educativos generados por la interacción de culturas en una relación de intercambios recíprocos provocados por la presencia, en un mismo territorio, de grupos humanos con orígenes e historias diferentes. Ello implicará el reconocimiento y comprensión de otras culturas, su respeto, el aumento de la capacidad de comunicación e interacción con personas culturalmente diferentes y el fomento de actitudes favorables a la diversidad cultural›› .

Por lo tanto, es contrapuesto creer que la interculturalidad es integración como ‹‹transculturación››, asimilación, separación o marginación. Es un proceso reflexivo, en innumerables ocasiones conflictivo, pero no deja de dotarnos de las destrezas y habilidades para reconocer, armonizar y negociar las innumerables formas de diferencia que existen en la sociedad panameña. Consiste también en considerar,

aprender, vivenciar y disfrutar la diversidad, no condenarla. Visto en estos términos, cabe agregar:

‹‹la interculturalidad va más allá de la comprensión de la compleja relación entre culturas diversas y camina hacia una acción social y educativa que defienda los derechos de todas las culturas a la propia identidad, a la diversidad y a la pervivencia de estilos de vida diferentes. Por tanto, queda claro que la interculturalidad no es equivalente a la multiculturalidad. La interculturalidad surge como respuesta y alternativa al asimilacionismo, y propugna el reconocimiento de la diversidad cultural, del derecho a la diferencia, y de la valoración de todas las culturas por igual, pero también de su carácter esencialmente aperturista y de su posible modificación mutua››

Teniendo presente la información que fue ofrecida en el primer Cuaderno, en lo que corresponde al uso restringido, jerarquizante o errado del concepto de cultura, lo que concierne al etnocentrismo, a la racialización de las relaciones sociales como formas de exclusión social, la interculturalidad conlleva minimizar en nuestra práctica cotidiana todos estos factores que limitan el diálogo entre las culturas. En otras palabras, la interculturalidad no sólo se refiere a aspectos particulares de la educación formal o la atención de la salud, también debería ser promovida en otros ámbitos de la experiencia humana (en el hogar, en decisiones políticas, en la legislación, en la planificación económica, en la preservación del medio ambiente, en la cooperación internacional, entre otros). Algunos ejemplos específicos

Estos ejemplos definitivamente no agotan el panorama de la interculturalidad.

Aquí sólo nos referiremos a algunos emblemáticos que han surgido, por un lado, desde el proyecto ‹‹Diversidad Cultural e Interculturalidad en Educación Superior en América Latina››, impulsado en los últimos seis años por la UNESCO . Por otro, mucho más cercano a las experiencias que ustedes manejan desde su campo profesional, un relato comentado sobre ‹‹interculturalidad y salud reproductiva›› entre el pueblo mapuche, en Argentina . Finalmente nos referiremos a la propuesta curricular de implementación de Educación Bilingüe Intercultural Guna .

Educación superior e interculturalidad

Una experiencia importante al nivel latinoamericano es la promoción de instituciones que se dedican a atender la demanda de educación superior de los pueblos indígenas y afrodescendientes. La propuesta del Proyecto de UNESCO era conocer los retos y oportunidades que tenía la educación superior de los pueblos indígenas y afrodescendientes en América Latina, como una de las actividades del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe.

El Proyecto parte de conocer las iniciativas más colectivas de la formación, y no tanto de aquellas que procuran la inclusión de individuos, pues siempre estimó que dichas experiencias son escasas dada la magnitud del problema, además podría decirse que son insuficientes para la resolución de falta de acceso a la educación superior. Por tanto, cincuenta de estas iniciativas más amplias y colectivas, fueron identificadas  por parte de este proyecto, en once países de América Latina.

La iniciativa documenta que los pueblos indígenas y afrodescendientes aún cuando en las últimas han podido alcanzar mejores condiciones de vida, dichos avances siguen siendo insuficientes, debido principalmente al lastre de la discriminación y exclusión. En lo que corresponde a la educación formal, este nivel educativo ha mostrado avances al nivel básico y en ocasiones al nivel medio y secundario, ‹‹aunque frecuentemente resultan más significativos en el nivel normativo que en el de las realizaciones prácticas. En el caso de la educación superior, si bien ha habido avances, éstos resultan menores que en los otros niveles de formación›› .

Además, la situación se torna relativa o menos favorable si se toma en cuenta que estas experiencias educativas al cuestionar si responden a los intereses de las comunidades indígenas y afrodescendientes, y si incluyen los saberes de estos pueblos, sus lenguas y modalidades de aprendizaje en los planes de estudio. Si contribuyen a la valoración y promoción de la diversidad cultural y las relaciones interculturales positivas o de valoración mutua. Interculturalidad y salud reproductiva

Esta experiencia genera unos cuestionamientos: ¿el conocimiento y la capacitación en nuestras distintas carreras o en cursos de posgrado nos aseguran la comprensión del semejante? ¿La planificación garantiza la pertinencia y la viabilidad de las acciones?

El relato documenta la experiencia de una médico general, Adriana Feltri, en torno a su empeño de instaurar un programa de control de la natalidad en una comunidad mapuche en Argentina.

Dicho programa se ve enfrentado a los intereses de la propia comunidad y las concepciones biomédicas occidentales que se manejan en torno a este tema.

Se muestra claramente cómo no son neutrales las acciones sanitarias ni las intervenciones médicas. ‹‹En ellas se producen y reproducen relaciones y enfrentamientos de poder, políticos, económicos, de saberes, de culturas, en la extensa variedad que la sociedad genera. En el relato, estas relaciones reflejan la asimetría claramente; por un lado, los representantes formales e institucionalizados de la cultura dominante y por el otro, las personas que se acercan buscando alivio para sus dolencias. Las tensiones que se producen en estas situaciones pueden quedar encubiertas bajo los pliegues de la timidez, la cortesía y la tolerancia, hasta que el choque con reglas y valores fundamentales descubre, inevitablemente, las contradicciones ocultas›› .

En el análisis de la situación de la doctora Feltri resulta interesante el que realiza la psicóloga Roxana Ynoub. Ella señala que en torno a la situación médica surgen dos cuestiones: ¿qué es y qué debe ser? De acuerdo a los participantes en esta situación médica, así mismo cada actor va brindando sus respuestas a estas cuestiones: la propia comunidad (por medio de sus representantes y portavoces), el Estado (por intermedio de su sistema de salud) y el mercado (por intermedio de múltiples actores locales). Es decir, acerca de cuáles son los problemas de la población y cuáles deben ser las estrategias para resolverlos, acerca de lo deseable para la salud de la comunidad en general y de la salud reproductiva en particular.

En este relato existe una discusión ejemplar sobre los contextos de interculturalidad en la salud sexual y reproductiva que merecen ser reflexionados en el contexto de nuestras propias acciones frente a la población originaria, raizal o indígena en Panamá, y específicamente frente a la propia población ngäbe. Educación Bilingüe Intercultural Guna

Constituye una propuesta curricular de implementación de Educación Bilingüe Intercultural para el pueblo guna que habita en Panamá, que se viene pensando, discutiendo y elaborando desde 2004. Esta propuesta intenta hacer viable tres demandas sentidas de este pueblo:

• El derecho a perpetuarse como pueblo, con su estructura sociopolítica, su cultura y lengua propia. Lo que supone un tipo de educación que valore profundamente la diversidad de los pueblos como espacio pedagógico y fuente de desarrollo.

• ‹‹La demanda de los objetivos educativos nacionales que deben constituirse en materia que se ha de contextualizar, confrontarse con los valores, y las necesidades gunas›› .

• Los avances del mundo actual que orientan la flexibilidad y apertura de un currículo, sobre la base de los avances de la ciencia y la técnica.

La propuesta además de valorar el conocimiento profundo de saberes y valores propios de la cultura guna, se entiende como proceso educativo en el que se desarrolla la enseñanza y aprendizaje en dos lenguas: gunagaya y español. No obstante, teniendo presente que la enseñanza de la lengua materna (en este caso el gunagaya) permite incrementar la autoestima del estudiante, valorar su cultura y su lengua, facilita mejor su desarrollo, y cuanto más arraigada se encuentre dicha lengua, entonces es menos complejo aprender y desarrollar una segunda lengua (no debemos olvidar cómo en el primer Cuaderno resaltamos que el idioma es más que un medio de comunicación, es nuestra vía principal de transmisión de la cultura).

Reproducimos en extenso los supuestos de la interculturalidad que refleja esta propuesta:

• ‹‹Reconoce que las relaciones entre las culturas están marcadas por conflictos de desigualdades sociales, económicas, políticas y religiosas.

• Confirma que la diversidad cultural, lejos de ser causa de atraso y obstáculo para el desarrollo de una nación, es la base y potencial para el desarrollo autogestionario de las comunidades.

• Afirma que no hay culturas superiores ni inferiores, sino culturas diversas que manifiestan las distintas estructuras de las sociedades que enriquecen el universo.

• Mantiene que las culturas indígenas son poseedoras de propuestas nuevas y originales, de valores y métodos para una convivencia armónica con la naturaleza, y constituyen el patrimonio de la humanidad.

• Sostiene que el ser humano está llamado a vivir en armonía con la naturaleza, y urge una educación que sea capaz de proponer las distintas maneras de vivir y de convivir, sin atropellarse, entre todas las culturas del mundo›› .

En resumen, la interculturalidad traspasa las solas ideas de una aparente aceptación. Se trata de un proceso que tiene que lograr, mediante acciones concretas y conscientes, relaciones maduras entre los pueblos, y un diálogo horizontal (no jerarquizante), fruto del respeto, la equidad social y la convivencia armónica. Polos básicos de la interculturalidad

Nos advierte X. Albó, que la interculturalidad es un caso específico de lo que llaman las relaciones de ‹‹otredad››, es decir, entre los que son distintos, ya sea por su cultura, por el género, por su filiación política, entre otras. ‹‹Estas relaciones son positivas si unos y otros aceptan su modo distinto de ser. En todos estos casos, unos y otros aprenden de los “otros” distintos, pero sin perder por ello su propio modo de ser›› . Hay un enriquecimiento y transformación mutua de las relaciones que se establecen, pero sin dejar de ser lo que son. Por ello, debe existir una acción social que permita un fortalecimiento de los dos polos básicos de la interculturalidad: la propia identidad y la identidad del ‹‹otro››. La propia identidad

Echar raíces hacia adentro es lo que X. Albó denomina el reconocimiento de la propia identidad. Inicia con el reconocimiento de la propia identidad personal, pero tiene inmediatamente su extensión al uno sentirse parte de un grupo social básico, es decir a un ‹‹nosotros››, un compartir entre varios y varias que reconozco y me reconocen como perteneciente a este grupo.

Esta identidad del ‹‹nosotros›› suele desarrollarse en distintos contextos (la familia, la comunidad, la región, el grupo cultural, el género, la clase social, el equipo de trabajo, la escuela, entre otros), pero dichos contextos se refuerzan en referencia directa al grupo cultural. Conviene entonces reconocer a este nivel, aquello que desde la pedagogía y la psicología se reconoce al nivel personal: así como es requisito para el desarrollo personal conocerse y aceptarse como se es, así mismo conviene también conocerse y aceptarse según la cultura a la que se pertenece.

Nos sigue ilustrando X. Albó:

‹‹Es particularmente necesario trabajar en esa autoidentificación cultural en el caso de los miembros de las culturas subordinadas. Por serlo, es más común que sus culturas sufran distorsiones y que ellos se sientan discriminados por los miembros e instituciones de la cultura dominante. En consecuencia, tienden más fácilmente al autorechazo, como resultado de tantos siglos de sentirse despreciados por los otros. Valorar lo propio, aunque otros les rechacen, es entonces el punto de partida desde el que empieza a ser posible construir una relación de genuina interculturalidad››

Como mencionamos antes, como la interculturalidad es cambio social y educativo, es decir, desarrollar prácticas concretas que puedan conducirnos a una interculturalidad positiva, entonces como agentes de salud, como profesionales, se requiere que trabajamos en la transformación de las actitudes de autorechazo, y en nuestras propias actitudes de rechazo hacia las demás personas. La identidad del ‹‹otro››

Si logramos asentar el reconocimiento y aceptación de nuestra propia identidad, el otro extremo del puente es hacia afuera, es decir, la actitud de apertura hacia los otros, quizás distintos culturalmente. Sin embargo, aquí se inicia con un proceso de interacción, de comunicación con esos ‹‹otros››, que se empiezan a ver, a reconocer como ‹‹tú››, ‹‹ustedes››. Si dicha interacción y reconocimiento es de respeto y acogida entonces podemos hablar de una interculturalidad positiva.

Muy importante lo que nuevamente señala X. Albó:

«No se acepta a alguien simplemente por ser “mejor” ni se lo rechaza por ser “peor”, sino que, por principio, se lo acoge con apertura a pesar de ser distinto y quizás desconocido. De ahí, esta actitud de apertura se extiende también hacia las realizaciones provenientes de otras culturas, en cuanto son distintas: ciertos hábitos y costumbres, lenguas, música, ritos, instituciones, artículos de intercambio, etc.»

Para que la interculturalidad ocurra de forma positiva ninguno de los dos polos debe fallar en esta relación. En otras palabras, ambos polos se necesitan. Si alguno falla, entonces de lo que estaríamos hablando sería de:

a) «fundamentalismo››, que es cuando un grupo se encierra en sí mismo, creyendo falsamente que es el único que vale, hasta de forma extrema justificar el exterminio,

b) «alienación››, cuando un grupo se deja asimilar o absorber en otro grupo con mayor acceso al poder, existiendo una cambio de la propia identidad. El nivel estructural de la interculturalidad

Aunque la raíz fundamental en la construcción de la interculturalidad se encuentra entre las relaciones entre personas y grupos de personas, éstos no dejan de ser tan sólo dos niveles de lo que concierne a la interculturalidad. Como hemos advertido que la interculturalidad es una acción social y educativa, en definitiva una apuesta por el pleno derecho a ser culturalmente diferente y desarrollar los estilos de vida que corresponden a dichas culturas, entonces también se debe aspirar a ‹‹penetrar y transformar las instituciones y estructuras que constituyen todo el edificio social. Es decir, lograr que las instituciones estén estructuradas de tal forma que reflejen y a la vez faciliten las relaciones positivas entre los diversos grupos de personas. Este es el nivel estructural de la interculturalidad›› .

En otras palabras, las relaciones interculturales serían positivas si aunque las personas fueran distintas mantuvieran igual posición y prestigio social, pero no es este el caso de nuestras sociedades, como pudimos reconocer en el apartado de estratificación social, del primer cuaderno. Como aún subsisten relaciones neocolonial, donde los grupos se encuentran en una posición social y económica distinta, se deben superar mayores bloqueos para que se establezca una interculturalidad positiva. Ocurre entonces que:

‹‹Los que se sienten de la cultura “dominante” difícilmente aceptarán como iguales a los que ellos consideran “inferiores” y los discriminan. Les falla el polo “otro distinto”. A su vez, los que sufren tal discriminación (por ejemplo, por ser indígenas o de origen africano), tienden a subvaluar su propia cultura, olvidarla y adoptar sólo la de los que les dominan, siquiera para no sufrir ya tanta discriminación. Les falla el polo “nosotros”››

No podemos engañarnos en torno a la intención de construir una interculturalidad positiva entre nosotros y culturas distintas a las nuestras. Nuestra actitud puede ser de tolerancia, de respeto, de apertura, pero la estructura política, social y económica que sustenta muchos de nuestros intercambios puede promover una relación totalmente distinta, más bien un tipo de interculturalidad negativa. Nuestra tarea es tener presente esta situación e intentar revertir dichas estructuras excluyentes hacia unas más equitativas y justas.

LECTURA OBLIGATORIA 1: ¿De dónde surge la palabra cultura?


Un breve marco histórico Antes de iniciar, es importante aclarar que existe un cúmulo de autores que han hablado sobre este tema en particular y de una forma mucho más profunda de lo que aquí haremos . Debemos destacar, sin embargo, que los sentidos que hoy le asignamos a la palabra cultura, generalmente provienen de la manera cómo dicha palabra ha sido tratada en el pasado, y resulta crucial, siquiera de forma breve, reconocer sus posibles orígenes, pues si no nos encargamos de la historia, la historia se seguirá encargando de nosotros.

El uso de la palabra cultura y la discusión sobre lo que debería ser no surge desde América o de cualquier otra región del mundo que fue colonizada por países de Europa a partir del siglo XVI . Sin embargo, es ese encuentro con el ‹‹otro›› distinto al ‹‹nosotros›› el que promueve o inspira tales intereses. Tal parece que su ‹‹invención›› como concepto y como aspiración tiene lugar entre Francia y Alemania. Según Denis Cuche, un etnólogo francés, las palabras aparecen para responder a algunas interrogantes, a problemas que se plantean en períodos históricos determinados y contextos sociales y políticos particulares. Fue esto justamente lo que se plantearon con la palabra cultura, cuando el encuentro con otros pueblos, otras costumbres, otras formas de ver, pensar y actuar en el mundo resultaron diferentes a la ‹‹cultura europea››, entre los siglos XVI y XIX.

La palabra cultura contiene raíces griegas, cuyo significado original es el cuidado del campo o del ganado. De hecho, en la Francia del siglo XIII designaba una parcela de tierra cultivada, pero posteriormente, en el siglo XVI, pasa de un estado (parcela cultivada) a una acción (cultivar la tierra) y es también en este momento que adquiere un sentido figurado: cultivar una facultad, es decir, trabajar en desarrollarla, aunque dicho sentido figurado no comienza a imponerse sino hasta el siglo XVIII, cuando aparece en diccionarios y enciclopedias de la época.

Nos sigue diciendo D. Cuche, ‹‹en esa época aparece en general seguido de un complemento de objeto: se habla de la “cultura de las artes”, de la “cultura de las letras”, de la “cultura de las ciencias”, como si fuese necesario precisar la cosa que se cultiva›› . Es decir, en el siglo XVIII —y esto vale para la Europa occidental del siglo de las ‹‹Luces›› y sus capitales: Londres, Amsterdam, Berlín, Milán, Madrid, Lisboa, San Petersburgo;  incluso— la palabra se asocia a la ‹‹Educación››, ‹‹Espíritu››, ‹‹Letras››, ‹‹Ciencia››, ‹‹Filosofía›› (definitivamente que aquellas desarrolladas en esta región del mundo y no en otras). Sólo que tal concepción no va a ser por mucho tiempo dominante, por lo menos en el desarrollo de las ciencias humanas, que son las que se han ocupado ampliamente del análisis de las culturas.

En otras palabras, la noción de cultura como la capacidad de un individuo de desarrollar sus conocimientos en las artes, las letras, la filosofía o las ciencias (pero aquellas que aprendían exclusivamente la aristocracia o la burguesía de la época), se va abandonando para dar un sentido mucho más colectivo, histórico, pero al mismo tiempo idealista.

Dicho idealismo se combina con otra palabra de uso corriente en aquellos siglos: civilización. De hecho, en muchos casos fueron usadas como sinónimos, pues ambas seguían impregnadas de ese optimismo por el progreso del ser humano y de su historia. Sin embargo, hemos de advertir nuevamente que su uso generalmente se atribuía a las sociedades europeas. Es decir, desde el punto de vista de los intelectuales europeos, ellos eran la civilización, el ideal de progreso que todas las demás sociedades debían alcanzar . Desde esta visión eurocéntrica, civilización somos ‹‹nosotros››, los demás pueblos fuera de Europa, los ‹‹otros››, las colonias, apenas y llegaban a ser cultura.

Antes de finalizar esta historia breve, vale destacar las fases por las que el concepto de cultura atravesó entre el siglo XIX y el XX, desde una concepción de cultura como patrimonio. Así, en el siglo XIX, se inicia una primera fase de codificación de la cultura, que conlleva fijar y crear jerarquías entre significados y valores culturales, donde se continúa usando a Europa como la medida o modelo inicial de todo, más su ‹‹legado›› de la antigüedad clásica y de la tradición cristiana . Así se va definiendo ‹‹el buen y mal gusto, lo distinguido de “lo bajo”, lo legítimo y lo espurio, lo bello y lo feo, lo civilizado y lo bárbaro, lo artístico y lo ordinario, lo valioso y lo trivial›› . El siglo XX, resulta la fase de institucionalización político administrativa de la cultura, pues los Estados se esfuerzan por lograr el control y gestión de la cultura, bajo una concepción unificadora y centralista. Es decir, se promueve la idea de: una sola nación, un solo Estado, un solo idioma, y, por lo tanto, una sola cultura (más adelante hablaremos del neocolonialismo como un proceso relacionado). Además, se promueve la idea de educación nacional obligatoria y aparecen los ministerios o institutos de cultura como extensiones del aparato estatal. Es más, ocurre una internacionalización de institutos de cooperación cultural por parte d países dominantes. La última fase, que aún está teniendo lugar, sería entonces la mercantilización de la cultura, es decir, los saberes y bienes culturales pasan de ser ‹‹operador de identidad social, de comunicación y de percepción del mundo, para convertirse en mercancía sometida en gran parte a la ley de maximización de beneficios›› .

Si el uso que seguimos dándole al concepto de cultura aún sigue sosteniendo que unos tienen cultura y otros no, jerarquizando las prácticas culturales o apelando al estilo de vida de la Europa clásica o actual o de países llamados de “primer mundo” para definirla, entonces dicha noción aún sigue siendo excluyente y discriminatoria. Es decir, aún seguimos asociando al término valores, creencias, prácticas o ideas que sólo corresponden a un grupo exclusivo y políticamente dominante de la sociedad, y además a un marco histórico distinto al actual o hasta podría decirse, fuera del nuestro. Conceptos fundamentales en torno a la Cultura

Muchas veces no pensamos en la razón de ser de nuestra propia cultura, ya que es amplia nuestra participación en ella, pero cuando somos conscientes de que otras personas tienen sentimientos, creencias o hábitos diferentes, entonces comenzamos a pensar en la forma en la que compartimos ciertas ideas y costumbres .

En un documento inédito del jesuita panameño Jorge Sarsaneda, acerca del pueblo ngäbe, nos cuenta lo siguiente: ‹‹Krägäbotdä… tiene que ver con la vida y con la muerte, con la salud y con la enfermedad. Por tanto, es un tema fundamental. Krägä (=medicina) + botdä (=junto a) se traduce como medicina tradicional›› . Puede que tal concepción sobre la vida, la muerte, salud y enfermedad sea distinta para aquellos que no son ngäbe. Hace dos décadas atrás, la antropóloga francesa Françoise Guionneau Sinclair explicaba que la salud entre el pueblo ngäbe resulta tras la armonía entre el ambiente, el ser humano, la naturaleza y los dioses; y que el sueño es el camino principal a la enfermedad o a la muerte, cuando el alma se separa del cuerpo y realiza viajes al mundo de los muertos .

Para aquellos y aquellas que han sido educados bajo la racionalidad de la biomedicina en el tratamiento de la salud y la enfermedad, es decir, desde una perspectiva no indígena, tales argumentaciones podrían parecer extrañas, y si se les aplicará las nociones ‹‹clásicas›› o de uso común sobre cultura, entonces muchos terminarían considerándolas inferiores. Desde la perspectiva de las ciencias humanas podemos echar mano de consideraciones sobre la cultura que nos permitirán superar nuestros usos erróneos y nos preparen para brindar un mejor servicio en lo que respecta a la atención de la salud y la enfermedad.

Resulta frecuente que cuando no comprendemos a los y las pacientes o sus familiares, nuestra reacción más común es: ‹‹acaso son “tontos”, no entienden››. Sin embargo, ¿nos preguntamos alguna vez si nosotros les entendemos a ellos? Acaso cuando sentimos que no nos entienden, ¿será porque ellos son “tontos” o porque ‹‹ellos›› y ‹‹nosotros›› somos distintos? . Es importante que como agentes de salud nos hagamos estas preguntas que aquí comentamos ¿se lo han preguntado en alguna ocasión de su vida profesional?

Ahora bien, debemos distinguir aquellas diferencias que son de carácter físico, que en general son fenotípicas , y otras que en realidad son el fruto de nuestra ‹‹matriz cultural››.

Pensemos en la primera matriz del ser humano, en la ‹‹matriz biológica››, el vientre materno, desde donde tiene lugar la formación de nuestros rasgos físicos, de pasar de ser una sola célula a un bebé en sólo nueve meses, treinta y ocho semanas. Durante este tiempo la madre le proporcionará al feto refugio, comida, agua y oxígeno, toda una seguridad biológica y psicológica que, según los estudios más recientes sobre la gestación, le permitirá reconocer la voz de su madre, sonreír y hasta soñar. Sin embargo, cuando esta mujer da a luz, el nuevo ser humano se encuentra inmediatamente rodeado por una nueva matriz, ya no biológica sino social y cultural. Además, a partir de ‹‹ahí se va abriendo a círculos cada vez más amplios: el resto de la parentela, la escuela, la iglesia, la comunidad, el barrio, el pueblo… y esa ventana a todo el mundo que son los medios de comunicación›› .

Es precisamente gracias a esta ‹‹matriz cultural›› que el nuevo ser no tiene que ir inventándose todo desde

nada, como nos dice el antropólogo boliviano Xavier Albó. El niño o la niña inmediatamente va navegando sobre el velero de conocimiento o sabiduría acumulada por su propia gente, de generación en generación: transmitida de sus bisabuelas a sus abuelas, de ellas a sus padres. Como bien nos señala X. Albó, no tiene necesidad de inventar el fuego, la rueda, la escritura, la radio, la televisión u otro recurso cultural. Se va apropiando, aprendiendo qué es útil, qué peligroso, qué bueno o malo, qué es lo que da sentido a la vida. Aunque también irá conociendo la realidad, experimentando, creando o adoptando nuevos conocimientos, creencias a su bagaje cultural. Definiciones

Lo anterior nos lleva a considerar que el ser humano es esencialmente un ser de cultura. Es decir, ‹‹todos los pueblos, sin excepción, son portadores de cultura y debe considerárseles como adultos›› . En los seres humanos las necesidades fisiológicas (biológicas), como por ejemplo, el hambre, el sueño o el deseo sexual, inmediatamente son controladas por la cultura, por su ‹‹matriz cultural››. No obstante, ¿qué entenderemos por ‹‹cultura››? En otras palabras, nuestros rasgos físicos, como el color de la piel, el tipo de pelo, el color o forma de nuestros ojos, nuestra dentadura, nuestra estatura no corresponde a lo que se entiende por cultura, en realidad éstos son producto de nuestra ‹‹matriz biológica››. Ahora bien, si entonces decidimos pintar nuestro pelo, ponernos peluca, usar lentes de contacto para cambiar el color de nuestros ojos o incluso limar nuestros dientes, entonces dichos comportamientos sí que son parte de la cultura, los adquirimos por nuestra ‹‹matriz cultural››.

Lo anterior quiere decir, que el rasgo característico de la especie humana respecto a otras es justamente la cultura, sin embargo, también existen distintas formas de aprendizaje y de tradiciones, valores, normas y reglas transmitidos que sólo comparten un grupo determinado dentro de la sociedad, lo que nos lleva a hablar de ‹‹culturas››. Por ejemplo, uno podría hablar de pueblos originarios o raizales, pero sabemos que existen diferencias tanto en sus creencias, sus tradiciones, su historia, territorio como en su lenguaje. En la comarca NgäbeBuglé, una mayoría poblacional es ngäbe y una minoría es buglé (con leyendas e idiomas distintos). También existen algunos que se identifican como de la región Nedriri, otros de la región Kodriri y otros de Ñö Kribo . Al nivel nacional, muchos pueden decir que son panameños o panameñas, pero algunos reivindican tradiciones o costumbres propias de Chiriquí, Bocas del Torro, Veraguas, o del resto de las nueve provincias, las cinco comarcas y territorios colectivos reconocidos y por reconocer que conforman el país. Algunas falsas ideas en torno a la cultura

Aunque las culturas humanas son tan antiguas como los diferentes pueblos que conforman la humanidad, el estudio o análisis sistemático de la cultura, realizado por especialistas, tiene tan sólo un siglo. Por lo tanto, aún se manifiestan discrepancias de ideas entre los propios especialistas y se siguen manifestando ideas equivocadas sobre la naturaleza y características de los fenómenos culturales. Aquí esbozaremos seis ideas equivocadas sobre la cultura.

·                    ¿Se puede tener y no tener cultura? Existe la tendencia a decir ‹‹tú, ustedes o ellos no tienen cultura››. Sin embargo, desde el punto de vista de las ciencias humanas esta afirmación carece de sentido, pues ser parte de la especie humana significa ser un ser cultural. Nuestra pertenencia y participación en una nación, un pueblo, una comunidad o un grupo social conlleva compartir y aprender una cultura en torno a éstas. El malentendido se produce por el uso restringido y excluyente del concepto cultura, asociándolo sólo a ciertas actividades artísticas, a cierto tipo de educación y bienes culturales (como vimos al inicio).

·                     ¿Existe de forma natural una jerarquía entre las culturas? Como se pudo reconocer en su sentido específico existen culturas, es decir, que diferentes pueblos comparten distintos estilos de vida, valores, reglas, creencias o saberes. Ante una variedad de culturas, entonces existen tendencias de querer compararlas o agruparlas, y así hasta jerarquizarlas, considerar superioridad o inferioridad en las culturas. No existen criterios objetivos ni científicos para establecer estas jerarquías, pues definitivamente no existe perfección en todo el acervo cultural de un pueblo. generalmente esta situación ha respondido a las formas de estratificación social: ‹‹Los que, dentro de la sociedad, se sienten más “arriba”… tienden a querer apropiarse del concepto cultural y pensar que sólo ellos son los dueños de la “cultura”…›› .

·                    ¿Hay culturas ‹‹puras›› y ‹‹mezcladas››? Esta falsa idea ha sido confundida con asuntos de raza. La colonización de América por parte de Europa nos heredó la concepción negativa e incluso peligrosa del mestizaje biológico y cultural, transmitiendo las ideas equivocadas sobre ‹‹pureza de las razas››  y por tanto, de las culturas. Lo que generalmente ha sucedido ‹‹es que quienes reflexionan sobre una cultura y tratan de transmitirla a otra generación o de distinguirla de otras culturas, siempre están en la tentación de presentarla como un todo integrado, como algo completamente propio y concluido en sí mismo›› . Una de las características que veremos de la cultura es que es dinámica, cambiante.

·                       ¿Sólo los museos, los teatros y las bibliotecas son lugares de cultura? La instrucción formal o escolar ha colaborado mucho para que por generaciones el término ‹‹cultura›› haya tenido y tenga aún una significación inevitable de solemnidad, es decir, la cultura es algo especial a lo que uno debe acercarse con respeto o un acervo colectivo creado por genios admirables de tiempos pasados. De allí la idea de los museos, las galerías de arte o el teatro como hogares típicos de la cultura, así como el de las bibliotecas, donde se reúne ese patrimonio colectivo de conocimiento de un país. Sin embargo, es fácil reconocer en estos patrimonios que se trata de lugares que sólo un pequeño grupo de la población suele visitar. Aún cuando estos lugares no dejan de tener su importancia, es también importante caer en la cuenta que son sólo algunos de los muchos ‹‹hogares de la cultura››.

·                     ¿Cultura es sólo los aspectos intelectuales, artísticos o religiosos? En concordancia con la idea anterior, frecuentemente se piensa que ‹‹la organización económica, social y política, los avances tecnológicos, etc. serían una cosa y la cultura quedaría reducida a esta esfera más simbólica. Pero en realidad, todos ellos son ámbitos aprendidos y, por tanto, culturales›› .

·                      ¿La existencia de la cultura sólo depende del Estado? Aunque es cierto que las naciones-estados tienen instituciones especializadas que se dedican a la conversación y promoción del patrimonio cultural, también lo es que son instituciones que generalmente no dependen de los creadores de la cultura, sino de los gobiernos. Además, los Estados han tendido a intervenir en la definición y conversación de lo cultural como una forma de control y cohesión social (como vimos antes en la historia de la palabra cultura). Sin embargo, debemos tener presente que las fronteras nacionales o territoriales no son fronteras culturales. Prueba de ello es que todas las culturas originarias o raizales presentes en Panamá, también se encuentran en los países vecinos a él, como es el caso del pueblo ngäbe.

Buena parte de estas ideas falsas son definidas bajo el concepto de ‹‹etnocentrismo››, que es la actitud que adoptan las personas que tienden a juzgar a otras culturas comparándolas con la suya propia.

Según el antropólogo norteamericano Marvin Harris, sería ‹‹la creencia de que nuestras propias pautas de conducta son siempre naturales, buenas, hermosas o importantes, y que los extraños, por el hecho de actuar de manera diferente, viven según modos salvajes, inhumanos, repugnantes o irracionales›› . Generalmente, juzgamos y criticamos en vez de intentar comprender y aprender de personas con culturas diferentes a las nuestras. Necesitamos ‹‹bajarnos del caballo›› que nos hace cabalgar sobre la creencia de que ‹‹nuestra›› cultura es mejor que las ‹‹otras››, como nos recomienda el historiador y filósofo méxicoargentino Enrique Dussel .

Características de la cultura

Como hemos podido reconocer, cultura no es lo que cotidianamente asociamos a cualidades deseables que adquirimos si vamos a suficientes conciertos, obras de teatro o luego de visitar museos, galerías o bibliotecas. Sólo por conocer una definición más, de las muchas que existen, pero más cercana a lo que buscamos, cultura, en su sentido particular, sería:

‹‹el sistema de creencias, valores, costumbres, conductas y artefactos compartidos, que los miembros de una sociedad usan en interacción entre ellos mismos y con su mundo, y que son transmitidos de generación en generación a través del aprendizaje›› .

Esta definición de los antropólogos norteamericanos Fred Plog y Daniel Bates (1980), nos remarca dos características importantes de la cultura: compartida y aprendida socialmente. La cultura es comúnmente compartida

Con lo cual, el que sólo una persona piense o haga ciertas cosas, únicamente representa un hábito personal. Para que sea considerado cultural, entonces generalmente debe ser compartido por algunos grupos de la población. De hecho, aunque sea una práctica que no es común, pero que la mayoría de la gente piensa que resulta apropiada, entonces podemos decir que es cultural. Es justamente esta característica la que nos permite reconocer la existencia en el país de siete pueblos originarios o raizales: ngäbe, guna, emberá, buglé, wounaan, naso tjerdi, bri bri (el censo incluye también a los bokota —ver Cuaderno No. 2). Cada uno de ellos con creencias, valores, costumbres, conductas y artefactos compartidos como pueblo particular. La cultura se aprende

Muchas veces nos parece curiosa la manera como los niños y niñas imitan las conductas de sus padres o de otros modelos cercanos (los familiares, las maestras, los actores de cine, entre otros), una buena parte de la transmisión de la cultura ocurre de esa manera. Además, existe otro proceso importante de aprendizaje que ha sido llamado ‹‹inculturación››: que es el fenómeno por medio del cual un individuo, desde su infancia, va interiorizando, haciendo suya toda la sabiduría y valores de su propio pueblo. Es importante hacer notar que este fenómeno ocurre con diferenciaciones, de acuerdo a los roles de género que las culturas asignan tanto a hombres y mujeres. Aunque buena parte de los conocimientos y las conductas culturales son aprendidos por imitación o por ensayo y error, muchos de ellos también se adquieren mediante el ‹‹lenguaje››. Por esto el ‹‹idioma no es simplemente un grupo de fonemas y morfemas, una forma de articular palabras, una forma de llamar a las cosas con un nombre. El idioma expresa la visión del mundo que tiene un pueblo›› . Entonces es importante reconocer el papel de los idiomas en la transmisión y conservación de las culturas. Es frecuente que de forma errada llamemos ‹‹dialecto››  a los idiomas de los pueblos originarios, intentando imponer una falsa jerarquía. La cultura generalmente es adaptativa

Ya nos decía D. Cuche: ‹‹la cultura permite que el hombre [y la mujer] no sólo se adapte a su entorno sino que éste se adapte a él, a sus necesidades y proyectos, dicho de otro modo, la cultura hace posible la transformación de la naturaleza›› . La familia (Ni jamräkätdre) entre el pueblo ngäbe, por ejemplo, se asentaba en caseríos dispersos, con estrechos vínculos familiares, y generalmente esto obedecía a la cercanía de los lugares de trabajo agrícola y también basado en la residencia del hombre . Ahora bien, es importante tener presente que una sociedad aún con los cambios medioambientales, no siempre decide cambiar su cultura. Aunque en la comarca Ngäbe-Buglé exista escasez de tierra y la población sale a “jornalear”, los ngäbe no dejarán de practicar la agricultura de subsistencia y seguir defendiendo su territorio, su cultura y el ambiente.

La cultura es un todo estructurado o integrado

Es decir, los elementos o rasgos distintivos en una cultura no son una serie de tradiciones elegidas al azar sino que se ajustan y se encuentran interrelacionados. Por ejemplo, el krün guite (también conocido como balsería) probablemente ‹‹“simboliza de muchas maneras la omnipresencia de la armonía y la discordia de la vida diaria” de los ngäbe. Puede ser también un ritual de nivelación de excedentes y de fortalecimiento de lazos comunitarios. En el krün guite se crean alianzas, se establecen vínculos, amistad. Se crea una relación muy especial que se llama etbali, que es hermandad ritual. En el krün guite hay amistad y también rivalidad›› . En otras palabras, este antiguo juego ritual, es mucho más que un simple juego, resulta toda una estructura social que garantizaba la seguridad alimentaria, el intercambio y la solidaridad en el pueblo ngäbe. En él se encuentran integrados asuntos complejos, tales como: relaciones sociales, parentesco, economía y seguridad alimentaria, reciprocidad, matrimonio, prestigio, entre otros. La cultura es dinámica o cambiante

‹‹Las culturas son vivas, como los seres humanos. Y, como en ellos, su continuidad no es estática sino dinámica. Aun cuando mantengamos una fuerte lealtad a nuestra identidad cultural, ninguno de nosotros vive en su cultura como lo hacían sus abuelos. Las únicas culturas estáticas son las que ya han desaparecido o han quedado congeladas en los museos›› , nos advierte X. Albó.  Siguiendo con ejemplos que tienen que ver con la sociedad ngäbe podemos reconocer la antigua práctica llamada Kobare, que consistía en arreglar las uniones sexuales y económicas entre hombres y mujeres, con el fin de garantizar el intercambio de mujeres entre grupos familiares y establecer relaciones de reciprocidad y cooperación. Eran los padres los que decidían con quién debería unirse. Esta práctica, junto con la poligamia, ha ido cambiando drásticamente en la sociedad ngäbe . Según nos cuenta la socióloga panameña Marianella Martinelli, la mujer ngäbe ya no está aceptando esta práctica porque considera que las leyes nacionales sólo permiten tener una sola pareja legítima, tanto hombres y mujeres tienen los mismos derechos, los hombres actualmente no pueden mantener dos hogares y por dignidad .

Muy comúnmente los cambios que tienen lugar en una cultura se debe a la influencia de otras culturas. En el ejemplo que brindamos, justamente por la relación que existe con el modelo de cultura nacional dominante, donde la escuela es su principal ventana. A la adopción del algún rasgo proveniente de otra cultura se le llama ‹‹aculturación››. En cambio, la pérdida de algún rasgo de la propia cultura recibe el nombre de ‹‹deculturación››. En tanto, a la transformación profunda o cambio global de una identidad cultural por otra se le llama ‹‹transculturación›› . Estratificación social: clase, etnicidad y racismo.

Como pudimos reconocer, la cultura, y por tanto la sociedad, cambia . En el transcurrir de la historia, la estratificación social de muchas sociedades igualitarias o de rangos se ha transformado, ha ocurrido lo que hace varias décadas atrás el antropólogo-filósofo méxico-argentino, Néstor García Canclini, llamó: ‹‹hibridación››, es decir, un entrelazamiento conflictivo entre lo ‹‹tradicional›› y lo ‹‹moderno›› . La expansión mundial del intercambio comercial y la incorporación voluntaria u obligada de los pueblos a sistemas políticos centralizados, a las naciones-estados, ha promovido una mayor estructuración de las sociedades en clases sociales.

Como bien lo dicen C. Ember y su grupo:

‹‹En las sociedades modernas algunos grupos poseen más ventajas que otros; dichos grupos pueden incluir a grupos étnicos. Esto es, la diversidad étnica está asociada casi siempre a diferentes accesos a las ventajas.

Cuando la diversidad étnica está asociada con diferencias físicas como el color de la piel, la estratificación social puede dar lugar al racismo, creencia de que algunos grupos “raciales” son inferiores a otros›› .

Existe pues, una serie de interrelaciones importantes entre lo que son las clases sociales, la etnicidad y las manifestaciones del racismo. Así lo demostró el antropólogo estadounidense Philippe Bourgois en su estudio sobre las relaciones étnicas y la lucha de clases en las plantaciones bananeras entre Costa Rica y Panamá, a finales de la década de 1980. Veamos la cita que este autor hace de un funcionario estadounidense de la división de Bocas del Toro, en 1983:

‹‹Es fácil trabajar con los indígenas. No son tan inteligentes y no hablan buen español. No saben demandarle nada, aun cuando tienen la razón. Es muy fácil convencerlos. ¡Malditos! Uno puede ponerlos a hacer casi cualquier cosa›› .

El racismo no sólo se manifiesta como una acción de hostilidad hacia grupos de personas, con el argumento de que son inferiores, física y culturalmente hablando. Sino que su fin último y principal es justificar o naturalizar la explotación del trabajo o el acaparamiento de recursos .

Cultura y sociedad

El racismo es un tipo de discriminación, que usa como argumento el concepto de raza, sin embargo, pueden existir otros tipos de discriminación basados en condiciones de sexo, clase, religión u origen. Para finalizar con este primer Cuaderno, proponemos reflexionar brevemente sobre la relación entre clase social y cultura, y sobre el fenómeno de ‹‹neocolonialismo››, propio de América Latina, y por supuesto de Panamá.

Siguiendo a X. Albó, una ‹‹clase social es el grupo que comparte una misma posición dentro de la estructura (o pirámide) socioeconómica›› . Así, de forma muy simplificada, generalmente se reconoce una clase alta, una clase media y una clase baja. En torno a esta reconstrucción conceptual de la forma como la sociedad se organiza social, política y económicamente, se reconoce también niveles diferenciados de acceso al poder en cada una de estas clases. También es importante hacer notar que cada persona o grupo de personas que corresponden a estas clases tienden a interactuar y compartir entre ellos, desarrollando rasgos culturales propios. Además, como lastre complejo de esta forma de estructuración de nuestra sociedad, se encuentra una situación denominada ‹‹neocolonial››. Neocolonialismo Una de las reivindicaciones más significativas que los pueblos indígenas de América esgrimen constantemente es el hecho de que la colonización europea de Abiayala  desestructuró, fragmentó o exterminó el desarrollo autónomo y particular que ellos habían alcanzado durante los probables 20 mil años anteriores en que este gran continente fue poblado por el ser humano. Asentadas las estructuras institucionales coloniales españolas y portuguesas, principalmente, a partir de 1492, este régimen colonial impuso una división de la sociedad en dos amplios sectores: ‹‹uno minoritario pero dominante, formado por los recién llegados y sus descendientes; y las grandes mayorías dominadas, conformadas por los antiguos pobladores y sus descendientes›› . A pesar de lo anterior, siempre existieron una serie de imposiciones, influencias u adopciones mutuas de prácticas y saberes entre la ‹‹cultura hispano criolla dominante y las diversas culturas originarias dominadas›› . Fue común el mestizaje y existió un tercer grupo formado por los negros esclavos traídos de África y sus descendientes.

Ahora bien, como señalamos al inicio de este apartado, el resultado principal de la diferenciación, de la estratificación social y del racismo, es la dominación y explotación, en este caso, de dicha población hispano criolla sobre las culturas diversas originarias o sobre las demás poblaciones, mestizas y negras, que habitan estos territorios. De tal manera, que además de que esta población hispano criolla promovía la exclusión, se mostraba a sí mismo como la única ‹‹culta›› y ‹‹civilizada››. Por lo tanto, los demás pueblos debían ser asimilados, transculturados a la cultura dominante. Entonces, el origen en América de pensar falsamente que algunos tienen cultura y otros no, que algunos son civilizados y otros no, proviene de estos hechos acontecidos durante la época colonial.

Con las independencias de los países en América Latina, incluyendo la independencia de Panamá en 1821, se rompe con la dependencia política de España y Portugal, sin embargo, la estratificación social que hemos reconocido se seguía manteniendo, y la idea de la inferioridad de los pueblos indígenas y negros, seguirían sosteniéndose, continuando con las intenciones de asimilización de estas culturas e identidades. Por ello se puede seguir hablando de un colonialismo interno, derivado de la situación anterior de conquista y colonización. Vale rescatar lo que nos dice X. Albó al respecto de esta realidad:

‹‹El neocolonialismo es visto en muchos de nuestro países como uno de los bloques más fuertes para su constitución como nación unitaria. Esta herencia como sociedades coloniales con un sector dominante y opresor, heredero político y cultural de los grupos conquistadores y colonizadores, y otro sector originario, subordinado, discriminado y oprimido por el primero, impide que todos nos sintamos ciudadanos de igual categoría››

La creación de los estados-nación y su invención identitaria de estado nacional, no concebía la posibilidad de la existencia de otras identidades, asociadas a los pueblos que ya habían estado conviviendo, reproduciéndose y desarrollándose desde mucho antes de la creación de las artificiales fronteras nacionales. Resultaba inconcebible que estos pueblos, llámese ngäbe, buglé, guna, naso, bri bri, emberá y wounaan, pudieran desarrollar sus propios idiomas, sus propias tradiciones, costumbres, ideales, valores y estilos de vida. Simplemente, los ideólogos de los estados-nación consideraban todas estas culturas como inferiores, que debían ser transformadas a la llamada ‹‹cultura nacional››.